Santiago de la Vorágine
Autor de la La leyenda dorada (legendi di sancti vulgari storiado), el libro más popular de la Edad Media después de la Biblia. Santiago o Jacobo de la Vorágine (¿1228?-1298) fue un dominico italiano que llegó a ser obispo de Génova.
La tensión
Cuenta Casiano en el libro de las "Colaciones" que, estando un día san Juan acariciando una perdiz viva que alguien le había regalado, soteniéndola en una de sus manos y alisándole el plumaje con la otra, un muchacho que con otros jugaba a cierta distancia dijo a sus compañeros, en son de mofa:
- Fijaos en aquel viejo; está jugando con un pájaro como si fuera un niño.
El apóstol, al advertir que se reían de él, llamó al que había hecho el referido comentario y le preguntó:
-¿ Qué es eso que tienes en la mano?
- Un arco -respondió el mozalbete.
- ¿Para qué sirve ese artefacto? -inquirió san Juan.
- Para cazar pájaros y otros animales -contestó el muchacho.
El santo siguió preguntándole:
-¿ Cómose manejo eso?
El chico por toda respuesta, comenzó a tensar el arco y, cuando lo tuvo tenso, lo mostró al apóstol; pero, como este no hacía comentario alguno, al cabo de un momento distendió su ballesta.
- ¿Por qué aflojas la cuerda? -le preguntó san Juan.
El chiquillo respondió:
- Porque si la mantengo tensa durante mucho rato se estropea.
- ¡Ah! -replicó el santo-. Has de saber que lo mismo le ocurre a la naturaleza humana, que se estropearía como este arco si siempre estuviese en estado de tensión. También nosotros necesitamos dar a nuestro ánimo algún reposo de cuando en cuando. El águila vuela a mayor altura que las otras aves y aguanta en sus ojos los rayos del sol; sin embargo, en ocasiones desciende de las alturas y se posa en la tierra. ¿Por qué? Porque lo exigue su naturaleza. Las personas necesitamos, como las ballestas y las águilas, aliviar la tensión del espíritu, distendernos, distraernos, tomar cierto descanso para, luego, con nuevos bríos, reemprender las tareas serias del trabajo y de la contemplación.
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