El Cubrecama
Un hombre, al salir de viaje, le pidió a su suegra que cuidara de su mujer. Pero la esposa se enamoró de otro hombre y la suegra, persuadida por su hija, se pronunció a favor de esta pasión el invitó al amante a cenar con ellas dos. Estaban comiendo cuando el marido, de regreso, llamó a la puerta. La mujer se levantó sobresaltada, escondió al amante y le abrió a su marido. Apenas hubo entrado, el hombre pidió que le prepararan la cama: estaba cansado: La mujer, perdida, se preguntaba qué hacer. Al verla, su madre le dijo:
- Antes de preparar la cama, hija mía, mostrémosle a tu marido el cubrecama que hemos hecho.
Dicho esto, la anciana sacó un cubrecama, lo extendió al máximo sujentándolo de un extremo y le dio la otra punta a su hija. Así, gracias al cubrecama desplegado, distrajeron al esposo y pudo huir el amante escondido.
- Esto -le dijo la madre al marido- fue tejido por nuestras manos.
- No sabía que tú, suegra, eras capaz de hacer semejante cubrecama.
- Hijo mío - respondió ella-, no es el primero de esta especie que fabrico.
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