LA CENA
Un día, durante la guerra contra los enemigos del Pontífice, los dos ejércitos se vieron frente a frente en Agro Piceno, listos para librar una batalla decisiva.
Entre abundantes plegarias, el cardenal exhortó a sus tropas a guerrear sin miedo. Aseguró que los muertos en combate cenarían con Dios y con los ángeles, y prometió a los valientes que todos sus pecados serían perdonados. Tras estas palabras, el cardenal fue a refugiarse lejos del campo de batalla.
- Pero cómo. Eminencia, ¿no viene usted a cenar con nosotros? -le preguntó un soldado.
- No estoy habituado a cenar a estas horas -repuso el cardenal-. Todavía no tengo hambre.
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