GIOVANNI SERCAMBI: DANTE Y EL REY DE NÁPOLES

Giovanni Sercambi

Además de farmacéutico en su ciudad natal de Lucca, el italiano Sercambi (1348-1424) fue un cuentista ded cierta fama, muy influido por Boccaccio.

Dante y el rey dde Nápoles

En tiempos del rey Roberto de Nápoles, vivía también el poeta Dante de Florencia, quien al no poder permanecer en Florencia ni en otro sitio donde mandara la iglesia, se refugiaba a veces en casa del señor de Mantua y sobre todo en Lucca, con Messer Castruccio Castracani.

La fama de Dante era tan inmensa que el rey Roberto quiso conocerlo y envió por carta una invitación. Dante decidió visitar la corte. Partió de Lucca y viajó hasta Nápoles. Llegó muy mal vestido, como un poeta, y el rey lo hizo pasar a un salón donde la cena estaba servida.

Sólo cuando todos se habían lavado las manos y el rey y los barones se habían sentado, le adjudicaron a Dante un lugar en una punta de la mesa. Aunque advirtió que el rey había actuado con poco tacto, Dante comió porque estaba hambriento y después se marchó a Ancona, para ir de allí a Toscana. Tras la cena, el rey preguntó por Dante y le dijeron que había partido. El rey comprendidó que lo había tratado sin los debidos honores y que lo había ofendido por ello. "He obrado mal", se dijo."Puesto que era mi invitado, debía homonajearlo y prestarle atención". En consecuencia, envió a sus lacayos, quienes interceptaron a Dante antes de que llegara a Ancona.

Dante leyó la carta dedl rey y volvió a Nápoles, no sin antes ponerse un bellísimo traje. El rey le concedió la cabecera de la mesa. Una vez allí, Dante quiso mostrarle al rey lo que había hecho y, mientras servían, empezó a marcharse adrede la ropa con el vino, el pan y la carne. El rey y los barones murmuraban: "Está loco. Se ensucia la ropa". En silencio, Dante oía sus comentarios. Entonces el rey giró y le dijo: "Qué estás haciendo? ¿Tan sabio y te comportas como un bruto?.

Dante respondió: "Su Majestad, creo entender qued el honor de hoy se debe a mis ropas, por eso he querido que fuesen ellas las que disfrutasen de este banquete. Cuando vine mal vestido fui sentado en una punta lejana, ahora que llevo este traje fui ubicado aquí".

El rey admitió que Dante tenía razón. Pidió nuevas ropas para este y, al término de la cena, conversó con él y concluyó que era un hombre de gran sabidurdía.